Educación y mercado laboral
En torno a esta disyuntiva tan manida sobre si la educación
debe orientarse en exclusiva o en una mayor o medida al mercado laboral se han
vertido muy diversas opiniones en un sentido u otro. En esta entrada trataremos
de analizar las razones a favor y en contra y dejaremos al lector el extraer su
conclusión o juicio de valor particular y personal.
No cabe duda de que el propósito
individual de estudiar es proveerse de una mayor calidad de vida en el futuro gracias
a un mayor salario en el futuro y una cierta capacidad de regirse de mejor
manera en el día a día y una mayor facilidad de comprender lo que le rodea.
Ahora bien, esta segunda función quedaría probablemente cubierta en estadios
tempranos de la educación y es a la primera razón (un mayor salario) a la que
cabe atribuir en mayor medida la razón del porqué estudiar especialmente
estudios cuyo nivel exceda la educación secundaria obligatoria. En este sentido
orientando en mayor medida el trabajo al mercado laboral esta función queda
cubierta en mayor medida y de mejor manera; esto es, cuanto más se oriente la
educación al mercado laboral mejor retribuido estará la persona al finalizar
los estudios al resultar más útiles como activos laborales para la empresa o
entidad que los contrate.
Pese a esto, cabe mencionar
también otras funciones de la educación y esta es que cuanto más educado esté
en un campo que esté ligado a mis intereses (tanto más si es mi vocación) más
feliz seré con independencia de si esto se ve traducido en un mayor salario.
Además, la educación también contribuye a florecer el saber simplemente por el
gusto por conocer, constatable esto a lo largo de la historia de la humanidad,
sin importar si estas parcelas del conocimiento resultan más o menos
productivas. Si orientamos la educación al mercado laboral estas ramas del
saber o disciplinas terminarían irremisiblemente desapareciendo porque por más
que haya un cierto interés por parte de la población son menos productivas que
otras. Esto tendría dos consecuencias igualmente catastróficas; ramas del saber
que terminarían desapareciendo o progresando a menor ritmo y alumnos que no
podrían desarrollar su vocación resultando en el futuro quizás más infelices
que en el otro caso.
A riesgo, de sonar a nauseabundo
cliché o cuñadísimo barato mi conclusión a este respecto sería implementar un
justo término medio; orientando ciertas disciplinas más hacia el mercado
laboral si esa es la elección del alumno y otras haciendo más énfasis en el
saber por el saber y el cariz más teórico de esa rama.
Buena perspectiva colega 👌
ResponderEliminarBuenas Fernando,
EliminarComo sabrás esto se rige por oferta y demanda, no siempre por tener una titulación de grado superior la retribución es alta, si el empresario tiene un mayor volumen de "parados en el sector" bajaran los sueldos, claro que uno puede decir "hay que cumplir el convenio", bueno una mala noticia hay técnicas para esquivar la ley, te pueden contratar por un perfil inferior o actividad diferente a la que realizas.
En lo que estoy deacuerdo es que debe existir una concordancia entre oferta formativa y oferta laboral, al final hay que crear riqueza en el país y distribuirla correctamente, lo mejor es tener una amplia oferta formativa adecuada al mercado laboral en el que todos se puedan sentir identificado, con ello conseguiremos ser mejores en nuestro desarrollo y dejar de ser una profesión para convertirse en tú afición, " no hay mejor cosa que te guste tú trabajo para que no sea una obligación deje de ser un trabajo sea un jobbie".
Un saludo;
David.